Informações sobre o encontro fornecidas pelo primo uruguaio Andrés Sebastián Brizolara Texeira
Fue un éxito absoluto. No imaginé que fuera a salir todo tan bien. Fue en un parador sobre un lago, en el balneario Iporá (Tacuarembó). El día fue espléndido y asistieron 95 parientes. Vinieron de Rivera, Vichadero, Minas de Corrales, Artigas, Paso de los Toros, Montevideo, Porto Alegre, Bagé, Florianópolis y Pelotas. El espíritu de la reunión fue muy cálido y fraterno. Muchos no se conocían entre sí y otros no se habían visto desde hacía décadas. En una pared colgué el árbol de los descendientes de Pietro Brizolara, que medía 5 metros y medio de longitud y medio metro de ancho. Sólo se veían sonrisas y mucho entusiasmo. Durante el almuerzo hice las presentaciones de cada uno de los presentes por el micrófono, dando el nombre de sus padres, para identificarlos mejor. Ellos se paraban para saludar y todos aplaudían.
Después de comer fue la presentación de la historia de Pietro Brizolara, en la cual me esforcé por que reconocieran que detrás de ese nombre hubo una persona. Traté de imaginarlo, ubicarlo en su contexto histórico, adivinar cómo fue, por qué emigró, qué sintió.
Ya que los que estábamos presentes éramos casi todos uruguayos, expliqué cuáles de sus descendientes vinieron al Uruguay, y cómo se vincularon entre sí. Los Brizolara y los da Rosa del Uruguay siempre supimos que somos parientes, pero nadie sabía en qué relación. Así que me extendí en ese tema tan confuso del doble parentesco entre nosotros usando esquemas.
Dos parientes tocaron música con un acordeón a piano y una guitarra y se pusieron a bailar todos con todos.
La reunión se prolongó, nadie quería irse. Por fin se fueron despidiendo, pero unos veinte quedaron en el parador conversando hasta la noche y cenamos juntos. Nos fuimos a dormir a las 11 y media.
Algunos ya preguntaban cuándo es la próxima y están planeando reuniones en grupos más chicos. Entretanto ya me avisaron que programaron una y me avisarán.
El mérito del éxito en gran parte es de dos parientes -uno de Rivera y otro de Tacuarembó- que se ocuparon de toda la organización. Yo estuve en un segundo plano, aporté ideas y llevé el árbol genealógico y la presentación de la historia familiar.
Facebook explotó con publicaciones y comentarios de todos los parientes que asistieron, que tomaron muchas fotos y las compartieron en el grupo de facebook. Te mando algunas fotos.
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